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10 septiembre, 2015

Las relaciones entre Venezuela y la República Árabe Saharaui Democrática


 Simón Rodríguez Porras*

Desde el reconocimiento de la RASD por parte del gobierno de Herrera Campins, la posición ofi cial del Estado venezolano en los organismos internacionales ha consistido en una defensa del derecho a la autodeterminación de independencia del pueblo saharaui. En el año 1982, la RASD fue reconocida y abrió una embajada en nuestro país. En los últimos años la relación bilateral cobró mayor relieve, con la fi rma de Acuerdos de Cooperación Bilateral en octubre de 2004. En virtud de estos acuerdos, jóvenes saharauis realizan estudios universitarios en nuestro país. A partir del año 2006, el Grupo Parlamentario Venezolano en el Parlamento Latinoamericano también impulsó acciones de solidaridad con el pueblo saharaui; el mismo año, el presidente Chávez participó en una reunión con su homólogo saharahui, Mohamed Abdelaziz en Caracas, al cabo de la cual ratificó su compromiso con la exigencia a Marruecos de que descolonice el territorio saharaui (Ahmed, 2006).(...)
Como parte de la cooperación educativa con Cuba y Venezuela, fue creada la Escuela Secundaria Básica “Simón Bolívar” en el mayor campamento de refugiados saharauis en Argelia, cercano a la Wilaya de Smara. La primera etapa del proyecto ha entrado en funcionamiento, con una matrícula de 360 alumnos; en la segunda etapa se incorporarán 300 alumnos más. Esta escuela permite que los niños avancen en su educación en los campamentos, sin tener que procurarse por la formación en el exterior a temprana edad. En el 2009, Venezuela se convirtió en el primer país latinoamericano que colabora con la Escuela de Cine del Sahara, mediante la donación de equipos tecnológicos por parte del Ministerio de Cultura a fin de apoyar la realización de un Curso Audiovisual Introductorio, en el que participaron profesionales venezolanos en las disciplinas de guion, dirección, cámara-sonido y edición. La Dirección General del Laboratorio Nacional Hidráulica (LNH) del Ministerio del Ambiente y el Instituto Hidráulico Saharaui desarrollan un proyecto relacionado con la administración de aguas subterráneas, que incluye la capacitación en hidrogeología y perforación para técnicos saharauis.
Desde 2009, la monarquía marroquí no tiene embajada en Venezuela. Al cerrarla, alegó que el gobierno venezolano apoyaba el “separatismo”. No obstante, las relaciones diplomáticas continuaron, cumpliendo las funciones de embajador concurrente el embajador marroquí ante República Dominicana (Reyes, 2011).

El boicot al saqueo colonial

Parodiando a Clausewitz, podemos decir que la economía es la continuación de la guerra por otros medios. El saqueo de los recursos naturales por parte de la monarquía marroquí, en alianza con capitales transnacionales, es un aspecto crucial del régimen colonial, ya que descarga sobre los trabajadores saharauis y sobre el territorio la manutención de su propio sojuzgamiento. En virtud del saqueo, Marruecos es el principal exportador de roca fosfática del mundo, con una producción anual de más de tres millones de toneladas, lo que representa más de trescientos millones de euros al año. Esto supone una tasa de agotamiento del recurso que se estima en un 2% anual (WSRW, 2012). La depredación de los bancos pesqueros ubicados en el mar territorial saharaui aporta a los capitales saqueadores ganancias superiores al millardo de euros anuales. Se calcula que aproximadamente novecientas mil toneladas de pescado obtenidas por los países de la Unión Europea proceden de las costas del Sahara Occidental (Afapredesa, 2005).
En materia petrolera, también ha sido denunciado el involucramiento de la transnacional francesa Total, en proyectos de extracción petrolera en el mar territorial saharaui (WSRW, 2012). Empresas francesas y marroquíes desarrollan proyectos agrícolas en Dajla y otras zonas del sur del Sahara Occidental (WSRW, 2011). La lucha contra el saqueo marroquí y transnacional de los recursos saharauis es por lo tanto una tarea de primera importancia. Pese a las expresiones de apoyo a la causa saharaui por parte del gobierno venezolano, Venezuela no se escapa de la red económica tejida con los recursos expoliados al pueblo saharaui. Actualmente, la petroquímica estatal venezolana Pequiven y FMC Foret (filial española de la transnacional estadounidense FMC Corporation) son copropietarias de la empresa mixta Tripoliven, que procesa el fosfato de calcio presente en la roca fosfática procedente del Sahara Occidental (Ver: http://www.tripoliven.com/empresa.htm). FMC Foret es una de las principales transnacionales involucradas en la explotación ilegal de los recursos naturales en territorio saharaui, tal como refl ejan los informes de Western Sahara Resource Watch (2007) y Venezuela es uno de los destinos de los fosfatos explotados ilegalmente (WSRW, 2012). Esta actividad económica realizada por la potencia ocupante, cuya soberanía sobre el Sahara Occidental no ha sido reconocida por ningún país del mundo, financia la permanencia de las tropas invasoras, las dota de armamento, sostiene el muro de la vergüenza de más de 2.720 kilómetros que divide el territorio saharaui y permite el funcionamiento de todo el aparato represivo y administrativo colonial, al tiempo que compra el apoyo incondicional de potencias con derecho a veto en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, como lo son Francia y los EEUU.
La política exterior venezolana tiene su marco legal y doctrinario sintetizado en el artículo 152 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, el cual establece como uno de sus principios la “solidaridad entre los pueblos en la lucha por su emancipación”. (Ver: http://www.tsj.gov.ve/legislacion/constitucion1999.htm). El comercio exterior, en tanto concreción material de las relaciones exteriores de la República, no puede atentar en contra de dicho principio. El boicot al pillaje marroquí y transnacional es consustancial a una auténtica política de solidaridad con la emancipación del pueblo saharaui. Derrotar al colonialismo exige romperle el espinazo económico.

*Simón Rodríguez Porras es miembro de la Asociación Venezolana de Solidaridad con el Sáhara (Asovessa) y candidato a diputado en el estado Mérida por el Partido Socialismo y Libertad (PSL).