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17 septiembre, 2017

Breves consideraciones acerca de LOS RESULTADOS INMEDIATOS DEL DIÁLOGO

Por Enrique Ochoa Antich

El diálogo no puede ser condicionado a resultados inmediatos. De todas las negociaciones que en el mundo han sido, el más breve fue el de Sudáfrica… ¿y duró 5 años? Otros ejemplos son: El Salvador: 10 años, Guatemala  11 años, Irlanda 21 años, Angola 14 años, Sudán 7 años, y la lista continúa por el mismo tenor. Pongamos los pies en el piso. Cuando se me dice que el país no aguanta cinco años de negociaciones, siempre respondo que se hubiésemos comenzados hace cinco años, hoy tendríamos resultados. En todo caso, cuanto más tarde comencemos, más tarde se alcanzarán los resultados. Entonces, iniciemos ya, sin miedo, con paciencia, con firmeza.


El inmediatismo es enemigo de una negociación exitosa (suele ser coartada de quienes no la quieren o no están interesados en ella) y la hace fracasar de antemano, creando además ilusiones en el pueblo que sólo darán paso a más decepciones.


La MUD debe hablar claro, es lo que el país espera y decir que sólo se está iniciando un proceso y que sus resultados sólo serán observados en el tiempo. Constituye una irresponsabilidad que se siga haciendo creer que este diálogo que ahora recomienza permitirá de inmediato la recomposición de todos los poderes públicos (CNE y TSJ, por ejemplo) y hasta un cambio de gobierno, con elecciones anticipadas. No se diga la alucinación ésa (más que alucinación, ridiculez) según la cual el único objetivo del diálogo es la renuncia del presidente. Seamos serios y no engañemos a la gente.


Si la MUD va a representar a toda la oposición democrática, todos (incluso quienes nos hemos deslindado de ella) tenemos el deber exigirle mesura al momento de plantear sus exigencias y seriedad al asumir la dirección del diálogo.



La verdad es que los únicos resultados inmediatos del diálogo o los que más importan son dos: por una parte, acordar un calendario electoral que asegure con garantes internacionales un proceso de cambio democrático que inicie la re-constitucionalización de la estructura del Estado: elección de consejos legislativos, alcaldías y concejos municipales a la brevedad posible y elecciones presidenciales en diciembre de 2018 (que deben ser aceptadas explícitamente por la MUD ); por la otra, aprobación progresiva por parte de la AN de los empréstitos internacionales de la nación, para lo cual debe ser superado el atropello de su ilegítima declaración en desacato.


Estos son los dos puntos en los que, en mi opinión, debe focalizar su atención la MUD. Para lo demás: libertad de presos políticos, elección de un nuevo CNE, recomposición del TSJ, relaciones ANC/AN, Comisión de la Verdad, etc., etc., tenemos todo el año 2018. Añadiría como urgente, a través de un diálogo económico y social específico y diferenciado, la posibilidad de la apertura de un canal de ayuda humanitaria para Venezuela.


Tengo la impresión, y se trata de un hecho de enorme importancia que el liderazgo debe verificar y estimar, de que una parte digamos más moderada del madurismo ha concluido que el cambio político en 2018 es inevitable y quiere negociar “el día después” de modo de asegurar su futuro como proyecto político, para lo que la oposición democrática y el gobierno deben desde ahora construir opciones de reconciliación y perdón y no de persecución y venganza.


Al liderazgo de la MUD le ha faltado el necesario ejercicio autocrítico que comience por reconocer el error estratégico de estos cuatro meses de insurrección y violencia que no condujeron a nada, excepto a más de 100 muertes (no sólo de opositores, sino también de oficialistas y mayoritariamente de indiferentes) y a una Constituyente espuria. Sólo de una autocrítica sincera puede derivarse la explicación que el país opositor merece acerca de porqué este golpe de timón que va del 350 a la participación en las elecciones regionales. Esta carencia es lo que permite comprender que una parte del pueblo opositor, aturdida y desencantada, se haya declarado en abstención, reportándole a los partidos más emblemáticos de esta salida extremista, PJ y VP, una costosa derrota en las primarias de la MUD.


Las minorías extremistas de ambos polos deben actuar con algo de humildad y permitir que quienes somos partidarios de la ruta democrática y no de fantasiosas salidas maximalistas, podamos explorar los caminos del diálogo, la negociación y los acuerdos. Durante dos décadas, las pretendidas salidas extremistas siempre llevaron al fracaso; por el contrario, todas las victorias democráticas han obedecido a estrategias moderadas, progresivas y democráticas. Con John Lennon decimos: Todo lo que pedimos es que se le dé una oportunidad a la paz.